jueves, 28 de agosto de 2014

De tal padre, tal peliculón

Hace unos días vi una película que me sorprendió. No era de Hollywood, por supuesto, que sigue sin levantar cabeza, sino de Japón, que nunca la ha bajado. De tal padre, tal hijo es una historia distinta, más humana que muchas personas, contada en un estilo delicado, fino y al mismo tiempo contundente. En la película no sobra ni falta ninguna escena, ningún diálogo. El guión está cuidado de principio a fin y ha sido representado con elegancia visual y narrativa.
La historia respeta la cultura japonesa, sus tiempos, sus peculiaridades, pero también es universal. Pero, sobre todo, ahonda –con sensibilidad más propia de la literatura que del cine– en un problema que cualquier padre y madre puede tener, un asunto que ya han sufrido muchas personas antes, de hecho, pero que apenas ha sido tratado en la gran pantalla: el intercambio de tu bebé en el hospital.

Tras seis años viviendo y amando a tu hijo, llega el director del hospital donde nació y te dice que tu bebé no es tuyo, sino de otra pareja, y que tu verdadero retoño lleva todo el tiempo viviendo con otros padres. Ambas familias se encuentran y comienza la película.
El dilema impregna la cinta desde el minuto uno, incluso antes de que se plantee en la historia. "Keita quiere ser como tú", dice la madre al padre después de que ambos tocaran el piano juntos
Cada protagonista es realista, absolutamente creíble, a la vez que rezuma un pequeño toque de cliché que ayuda al espectador a sentirse identificado. La historia, además, avanza con naturalidad y sencillez hasta culminar en un final sublime. No saltan cohetes ni explotan aviones ni hay mil disparos, simplemente las personas cambian, aprenden, encajan.
Qué haría yo si eso me pasa a mí, se pregunta constantemente el espectador sin tener una respuesta clara y cada vez con más interés por ver cómo resuelven el dilema personas que, a pesar de vivir en las antípodas, son como tu y como yo. No recuerdo haber disfrutado tanto con una película que es positiva y agradable de ver al tiempo que seria y humana.

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