lunes, 23 de septiembre de 2013

Siete 'momentazos' surrealistas del juicio del chivatazo

Joseba Elosúa. Foto: Chema Barroso.
El esperado juicio del chivatazo a ETA, que se ha celebrado en la Audiencia Nacional, no solo ha traído contradicciones, acusaciones y repercusiones políticas, sino también momentos en los que ha rozado el surrealismo.


1. La disparatada declaración de Elosúa.

El único testigo que vio quién fue la persona que le entregó el teléfono fue precisamente el dueño del bar Faisán, el hombre a quien un policía alertó. Su testimonio podría ser decisivo en cualquier proceso penal. Sin embargo, aquí podrían darse otros elementos que lo matizan. Joseba Elosúa tiene hoy 79 años, su marcado acento vasco hace que haya expresiones que no se le entiendan y para más inri aún tiene pendiente comparecer en otro proceso para determinar si es o no miembro o colaborador de ETA, juicio que previsiblemente tendrá lugar en 2014.


Por este último motivo, Elosúa podría haber aludido a las 'nueve botellas de vino' como a un producto alimenticio y no como a lo que en sentido figurado en el argot terrorista denominaban 'nueve millones de pesetas'. Cuando fue cuestionado por este tema, Elosúa incluso habló de una marca de tinto de La Rioja, lo que provocó la risa de los asistentes.

También generó carcajadas incluso a los propios acusados cuando el dueño del local comenzó a contar sus primeras impresiones tras recibir el chivatazo. Elosúa pensó en un primer momento que no podía haber sido un policía quien le diera el soplo, pues no es un modo de actuar propio de este cuerpo. Inmediatamente después, según confesó, le vino a la cabeza que debía de ser la Ertzaintza.
Respecto a la descripción de los tiempos, Elosúa no resultó ni mucho menos determinante. En dos momentos se le interpeló sobre cuánto tiempo pasó desde que entró en el bar hasta que recibió la alerta y en cada una de sus respuestas ofreció un dato distinto.

Su leve sordera también fue dibujó sonrisas en los asistentes, sobre todo cuando el presunto intermediario entre los empresarios y el aparato de extorsión de ETA trataba de responder a las preguntas del presidente del tribunal, Alfonso Guevara.


2. El fiscal que acusa de lo que no quiere acusar.

El papel del fiscal Carlos Bautista al final del juicio llamó la atención de todos los asistentes. El representante del Ministerio Público aprovechó su última intervención al exponer sus conclusiones para defender precisamente lo contrario a lo que había expuesto por escrito. Aseguró que se había visto en la obligación de incluir la petición del delito de colaboración con banda armada en sus escrito de acusación porque mandato de sus superiores. "La Fiscalía es jerárquica o no es", afirmó para explicarlo.

Sin embargo, aprovechó que su deber de obediencia se limita a lo escrito para usar la palabra como le viniera en gana. De ahí que en su alocución verbal Bautista aprovechara para mostrarse en contra de la solicitud que había hecho por escrito y argumentar que no era pertinente acusar a los procesados de colaboración dado que así lo decía la jurisprudencia y una orden dictada por la propia Fiscalía General del Estado.

El representante del Ministerio Público ofreció al tribunal la fórmula de la opción para salir de su atolladero jurídico y le indicó que los acusados debían ser condenados bien por revelación de secretos bien por colaboración, pero no por ambas. De este modo, salvaba el escollo y dejaba constancia de su desacuerdo con la superioridad. Por el primer delito solicitó dos años de prisión y por el segundo cinco.


3. Guevara, único protagonista.

Aunque no es noticia, porque el juez Alfonso Guevara siempre actúa de ese modo, no deja de ser uno de los puntos calientes el protagonismo que este presidente del tribunal se ha atribuido durante la presente vista oral. Sus continuas interrupciones, sobre todo a los abogados de la defensa, han marcado el juicio y han provocado las protestas de los letrados en varias ocasiones.

El juez también cogió la palabra para interrogar a Elosúa, no dejó al abogado de Ballesteros mostrar páginas del sumario si no demostraba antes que existía algún tipo de contradicción, recordó algunos puntos de la Ley de Enjuiciamiento Criminal e interrumpió en numerosas ocasiones a los propios testigos para apremiarles o para que no siguieran por ese camino. No utilizó, sin embargo, ninguno de sus frecuentes chascarrillos o frases célebres que le han provocado aparecer en los medios en otras ocasiones y se mostró en actitud seria y reflexiva durante toda la vista.


4. El abogado del PP insiste: "No hay más preguntas, señoría".

También resulta relevante la actitud del abogado que representaba al Partido Popular como acusación particular. Su papel durante los interrogatorios se ha limitado prácticamente a repetir la frase "no hay preguntas, señoría". Muy en la línea de la función que ha realizado su partido durante la instrucción del caso, cuando no solicitó ni una sola diligencia de investigación. Al final, durante su exposición de conclusiones, el letrado ha solicitado que se indague sobre quién dio la orden política del chivatazo.

El papel del Partido Popular, por lo tanto, se limita prácticamente al nivel político, donde el diputado Ignacio Gil Lázaro tuvo la principal función. El parlamentario acosó al entonces ministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba en las Cortes con preguntas sobre la X del Faisán cada miércoles. Como se ha visto, esta relevancia política que el partido daba al caso no se traslucía en una igual consideración a nivel judicial.


5. La ficción en el Faisán: De Harry el Sucio a Torrente pasando el Padrino.

La referencia a históricos personajes del cine policiaco ha estado también presente durante el juicio del chivatazo. No en vano, estamos ante una acción policial detrás de la que se traslucían no pocos enfrentamientos entre miembros del cuerpo. El propio jefe del equipo investigador, Carlos Germán, confesó que el día anterior al soplo había discutido con su superior, José Cabanillas, quien ha acusado a su subordinado de querer destruir la grabación de la baliza, única prueba de que había habido un chivatazo.

Sin embargo, cuando el fiscal Carlos Bautista se refirió a la ficción, no se aludía a este enfrentamiento policial, sino a los hechos en sí mismos. Calificó al autor del chivatazo como alguien que de ser una autoridad policial había terminado siendo un personaje caricaturesto. "De ser Harry el Sucio a acabar convirtiéndose en Torrente", dijo Bautista, quien también se refirió a una de las trilogías más famosas de la historia del cine. En esta sala, afirmó "se escuchó que teníamos que tener en cuenta que Pamies era uno de los nuestros y lo primero que pensé fue en qué parte de El Padrino dice eso Vito Corleone".


6. De los GAL al 11-M.

Casos como los GAL o el 11-M, dos de los procesos judiciales más relevantes y oscuros de la reciente historia procesal española, fueron mencionados también por la Fiscalía durante su intervención. Respecto al primero, el representante del Ministerio Público aseguró que, tras la investigación y con las pruebas que había, no se podía descartar que "haya otras personas que no sabemos" implicadas en el chivatazo, en clara referencia a posibles inductores con motivación política. Añadió que confiaba en que, al igual que ocurrió con los GAL, algún imputado acabe tirando de la manta para poder llegar "más arriba".

Sin embargo, ninguno de los acusados satisfizo las expectativas del fiscal, al menos hasta hoy, cuando se ha puesto punto final a la vista oral. De hecho, cuando los policías podían haber tomado la palabra al término del juicio, ninguno de los dos quiso decir nada.

Por otro lado, también comparó Bautista este proceso con el del 11-M cuando indicó que en ningún caso puede ocurrir como entonces que existan esos denominados puntos oscuros sobre una investigación que el fiscal dio por buena en todo momento.


7. No podía faltar Mourinho.

Y si las referencias fílmicas se han reiterado durante la vista, no podían faltar tampoco las deportivas. En este caso corrieron a cargo del abogado encargado de defender a Ballesteros. José Luis Vegas comparó a Bautista con el exentrenador del Real Madrid, José Mourinho, y anunció que, como el extécnico blanco, el fiscal se preguntará "por qué, por qué" cuando su cliente salga en libertad sin cargos.

"Visualizo una sentencia absolutoria y a los tres días un guión teatralizado por el Ministerio Público y el equipo de investigación en el comienzo del recurso de casación: palabras como por qué, por qué, no entiendo al más puro estilo José Mourinho, ese ganador que solo se escuchaba a sí mismo y cuando terminaba de hablar mandaba a su segundo a las ruedas de prensa", aseguró Vegas.

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