¿Tiene sentido que el Ministerio del Interior condecore a unos policías por un trabajo que no han terminado?

El ministro Jorge Fernández Díaz durante la última entrega
de medallas celebrada el pasado octubre.

Los responsables de la Unidad de Seguridad Privada del Cuerpo Nacional de Policía que desarrollaron la investigación contra la compañía Esabe han sido propuestos para recibir una condecoración. Se han dado prisa en solicitarlo y sus superiores han hecho las gestiones también con extrema rapidez.
La operación no está cerrada y, sin embargo, ellos ya quieren su medalla. Señores, que el cabecilla de la trama continúa por ahí perdido. Juan José Prados, el aún propietario de Esabe, y su mujer salieron presuntamente de España días antes de que se desarrollara la operación policial contra su empresa, que provocó la detención de diez directivos de la misma.

¿Alguien acaso les dio un chivatazo? Prados argumenta en una denuncia que interpuso por esas fechas contra uno de sus empleados por amenazas (el trabajador parece ser que le mandó mensajes al móvil) que tuvo que abandonar su domicilio por esas intimidaciones y por otras más: pintadas en la fachada de su casa, filtración a Internet de datos y fotos personales, etc.
Desde que argumentó esas amenazas en aquella denuncia y huyó, no se le ha vuelto a ver por España. No se ha presentado a los distintos requerimientos judiciales que se le han enviado desde los tribunales de Madrid, Barcelona o Valencia.
Hay quien dice que está en un país cercano. No tengo ni idea. Pero alguien tendría que ir a averiguarlo y no voy a ser yo. ¿Se ha cursado la correspondiente petición a las autoridades de esa nación? La operación no está culminada, sino que se encuentra más bien a medias. ¿Tiene sentido que el Ministerio del Interior condecore a unos policías que no han terminado su trabajo? Juzguen ustedes.