martes, 4 de junio de 2013

Inteligencia, el tren hacia la prosperidad

El programa de ayer en Gestiona Radio fue altamente revelador para entender algunas de las causas que han llevado a España a la actual crisis económica. El funcionamiento de la inteligencia como herramienta para competir en un mercado globalizado resultó sin duda una de las claves.
Países como Francia y el Reino Unido llevan años invirtiendo en análisis de información, prevención de riesgos y detección de oportunidades, tanto a nivel estatal como empresarial. Y esto se nota, tanto a la hora de encajar un fuerte golpe financiero como ha sido la actual recesión como en el momento de contraatacar para salir del atolladero.

En España no existe una cultura de inteligencia ni en las grandes ni mucho menos en las pequeñas sociedades. Solo las primeras están ahora empezando a conocer la posibilidades que permiten las herramientas asociadas a esta materia, vieja y al mismo tiempo renovada por la innovación y las nuevas tecnologías.
La cantidad de información que nos bombardea cada día no se traduce en modo en poder si no está ordenadamente filtrada y asimilada. Y esto es lo que hacen los departamentos de inteligencia. Desde hace cinco años, solo un máster se dedica en España a formar analistas en este campo. A este se ha unido hace menos tiempo un postgrado que ayuda a concienciar a empresarios, políticos y otros actores decisores sobre la necesidad de apostar por la gestión de los datos como herramienta para competir.
Las técnicas utilizadas por los servicios de inteligencia, que durante años han velado por la seguridad nacional, se adaptan como anillo al dedo a la competitividad empresarial. Y España entiende un poco de análisis de información enfocado hacia el campo de la seguridad. Sus departamentos de inteligencia han funcionado de forma excelente durante los últimos años.
La Estrategia de Seguridad Nacional recoge un servicio de inteligencia económica en el que se pueden apoyar pymes y no tan pymes. Aunque no es la Administración ni mucho menos el único elemento a tener en cuenta por las sociedades. Lo único claro es que sin esta capacidad de prever lo que va a pasar -de detectar amenazas y oportunidades- que permite la inteligencia, las empresas grandes y pequeñas seguirán perdiendo muchos trenes en dirección a la prosperidad.

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