miércoles, 22 de mayo de 2013

La transparencia que viene. De Ciudadano Inteligente a Tu Derecho a Saber

Hace unos meses conocí Ciudadano Inteligente, una organización sin ánimo de lucro con sede en Santiago de Chile que promueve la transparencia y la participación ciudadana. Entre otras cosas, canalizan las preguntas que las personas quieren hacer al Gobierno del país sudamericano, presionan para que se contesten adecuadamente e incluso denuncian cuando corresponde si el Ejecutivo se niega a responder a cosas que según la ley está obligado a hacerlo.
En Chile, la ley de transparencia está a punto de cumplir cinco años de vida y, por lo tanto, esa es la ventaja que llevan a España, cuya normativa continúa en la línea de salida desde que fue prometida por José Luis Rodríguez Zapatero. La aprobación de la ley parece hoy más cercana que nunca. Sin embargo, su entrada en vigor será solo el principio de un duro aunque ilusionante camino para los que tenemos cosas que preguntar.

Con el fin de estar preparadas para cuando se produzca esta normativa, organizaciones como Tuderechoasaber.es ya canalizan consultas de los ciudadanos. Yo mismo hice cuatro hace unos días. De ellas, por el momento, he recibido respuesta a una. Sin embargo, y como tristemente esperaba, ha sido una contestación insatisfactoria. La Dirección General de la Policía me remitía a una Guía de Trámites, que comencé a leer sin ninguna esperanza y que terminé de ojear plenamente decepcionado.
La llegada de sitios como Tuderechoasaber.es revolucionará la participación ciudadana y la democracia. Vaticino un explosión de este tipo de iniciativas tras la aprobación de la ley y espero que cuajen como lo ha hecho Ciudadano Inteligente en Chile.
Apoyo a Tuderechoasaber.es y a todos los proyectos similares, que solo traerán transparencia y democracia a unas instituciones opacas, gobernadas por políticos acostumbrados a administrar la información según sus intereses partidistas e incluso personales.
Invito al Gobierno, por su parte, a ponerse las pilas si no quiere que estas iniciativas comiencen a bombardearle con demandas por no contestar a las peticiones. Eso ocurrió en Chile. ¿Y adivinan quién ganaba los procesos?

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